El aceite de oliva es uno de los alimentos más importantes de la dieta mediterránea. Con él, elaboramos la mayoría de sus platos.

España es uno de los países en el que más se consume este oro líquido. Además, tiene el mayor índice de producción a nivel mundial lo que hace que las exportaciones de este producto sean cada vez mayores.

Esto hace que parte de la geografía nacional esté rodeada de cultivos de grandes campos olivareros.

El olivo es un árbol de copa irregular con tronco y ramas retorcidas y nudosas.

Crece lentamente y es muy longevo. Hoy en día, es fácil encontrarnos con olivos centenarios e incluso milenarios.

El rendimiento de estos olivos centenarios es menor. Por ello, productores elaboran con su fruto aceites de oliva con precios superiores al de los aceites obtenidos de olivos jóvenes.

¿El aceite de un olivo centenario es mejor que el de un olivo joven?

Por el momento, no existe ningún estudio científico que avale que estos aceites presentan una mayor calidad.

La calidad depende de la calidad del fruto y del tipo de extracción al que se someta la oliva.

Si cogemos dos aceites obtenidos del mismo terruño uno de un olivo centenario y otro de un olivo joven y evaluamos su calidad, esta debería ser la misma.

¿Qué ventajas tiene entonces el olivo centenario?

Beneficia la biodiversidad de la zona conservando especies y variedades. Además otorga valor cultural por su autenticidad.

Como ves, la calidad del aceite de oliva, no depende de la edad del olivo. Es una estrategia de marketing que siguen los productores para la comercialización de este aceite.

En Hacienda Ortigosa nuestro aceite es de la misma calidad sin hacer distinciones de la edad de los olivos del que obtenemos nuestro zumo de aceituna. Prueba nuestro aceite, no te dejará indiferente.