Los aceites de oliva monovarietales son aquellos que están hechos únicamente por una variedad de aceituna. Esto le otorga al aceite unas características organolépticas únicas dependiendo de la variedad utilizada.

En nuestro caso, nuestro aceite de oliva virgen extra es monovarietal arbequina, es decir, está hecho únicamente con aceitunas de esta variedad.

Se puede afirmar que el aceite de oliva virgen extra variedad arbequina, es muy similar al de otra regiones ribereñas del Mediterráneo (Italia y Grecia). Tanto su sabor como su aroma, son inconfundibles y una vez que se ha probado, es imposible que deje indiferentes a todo aquel que lo saborea.

Es un aceite para amantes de sabores exóticos y sensoriales. Tiene un sabor almendrado, muy dulce y agradable; sin dejar ningún amargor ni picor.

Afrutado, de oliva fresca y verde cuando proviene de una cosecha más primeriza; de color verde-amarillento, denso, con «cuerpo», con aroma limpio de hierba a medida que la oliva madura. Cuando el aceite va adquiriendo un tono más amarillento, su sabor es algo más suave y más dulce.

Su aroma recuerda a frutas silvestres y frutos de huerto.

Las propiedades organolépticas del aceite de oliva virgen extra variedad arbequina lo cualifican tanto para su consumo en crudo, como en guisos y frituras. Su frescura hace que acompañe muy bien a vegetales, ensaladas, verduras o pescados a la brasa.

El aceite de oliva virgen extra Hacienda Ortigosa es un zumo de fruta natural con toda las características de la variedad de la aceituna arbequina.

¿Has probado nuestro aceite oliva virgen extra monovarietal arbequina?